Me sacaron del club con matones. Así relató Guillermo Alarcón, presidente del Alianza Lima peruano, el secuestro del club que realizaron unos directivos rebeldes de su junta la mañana del 3 de noviembre. Le suspendieron 45 días y no le permitieron entrar en el campo Alejandro Villanueva Matute porque consideraron que había incumplido su palabra de convocar el consejo directivo en septiembre, algo que apuntaron debía hacerse una vez al mes. Los directivos rebeldes contrataron guardias para custodiar la entrada del estadio del conjunto íntimo e impedir el acceso de Alarcón. El presidente no se quedó de brazos cruzados y cargó duramente: Esto es ilegal, me sacaron del club de manera ilegal, estos señores no saben el enorme daño que le están haciendo al club. No saben. Esta noche serán destituidos, en la asamblea ellos serán expulsados. Quien encabezó dicha revuelta fue el vicepresidente Julio Arango, que pasó a asumir el liderazgo de la entidad. Pero a pesar de que a lo largo de esa larga jornada se llegó a temer por la celebración de la Asamblea General Extraordinaria, por los intereses de los rebeldes de conseguir cancelarla, finalmente se llevó a cabo. Tanto Arango como otros seis directivos más fueron revocados por una amplia diferencia de votos. De los 116 socios que acudieron al encuentro, 96 votaron a favor de la renovación de la junta, 17 en contra y 3 se abstuvieron.
De este modo, Alarcón recuperó las riendas del club peruano y posteriormente tomó represalias. El ex vicepresidente Julio Arango y los otros ex directivos fueron denunciados por un delito de usurpación agravada.
A pesar del 'tsunami' extradeportivo, el equipo entrenado por el argentino Gustavo Costas sigue líder de la liguilla A con 72 puntos, tras su victoria ante el Inti Gas por 3-1. El Juan Aurich le sigue de cerca, con 68 puntos