Ni el virus FIFA ni la gripe A. Lo que anoche noqueó a Messi fueron las duras entradas del Athletic y después unas molestias musculares que le obligaron a retirarse. Un problema como una Catedral como la de San Mamés cuando el Barça afronta su semana grande ante el Inter, jugándose el pase a los octavos de la Champions, y frente al Madrid, con el liderato en juego. Leo se quedó del adductor izquierdo y hoy se le harán pruebas que determinarán el alcande de la lesión, aunque la imagen de Messi lamentándose en el banquillo y las palabras de Guardiola (las sensaciones no son buenas) no invitan al optimismo. Leo es baja segura ante el Inter.
Ante las numerosas bajas, Guardiola agitó la alineación y creyó dar con la vacuna ideal para multiplicar sus defensas. Un plan B con siete canteranos en la alineación, pero ninguno de ellos era Bojan. El técnico había revelado que alineaba a Ibra por acelerar su adaptación al equipo pero con el sueco lesionado, la opción del noi de Linyola no resultó prioritaria. Pep optó por situar a Messi como falso '9'. Ya lo hizo el año pasado y también en Valencia. No dio el efecto deseado. Por falta de puntería y porque al argentino le cosieron a patadas. La más sangrante, que le provocó una pequeña brecha en un ojo, un patadón de Amorebieta que no mereció ni tarjeta. Para Bojan fue un palo inesperado. Salió al final para degustar un extraño centenario. Henry, muy abucheado, también entró pero no pudo echar una mano.
El Barça no lo tuvo fácil. En San Mamés se palpaba las ganas de revancha. La grada apretó de lo lindo. Desde mayo de 2006 no veían ganar a su Athletic y ya tocaba. Yes, we can! que somos de Bilbao, decía la revista oficial. Pudieron a medias
Ya se ha confirmado: la plantilla es cortísima
El pasado 31 de agosto, ni el presidente, ni el secretario técnico ni el entrenador dieron importancia a que el Barça iniciara la presente temporada con sólo 20 efectivos, entre ellos Gabi Milito, lesionado, y el canterano Jeffren, que se quedó porque no llegó ningún extremo izquierdo. Ahora se empieza a notar la escasa profundidad del banquillo