Robinho, el Dilema de Pep

FC BARCELONA

La llegada de Robinho al Camp Nou depende más que nunca de lo que diga Pep Guardiola. Así de claro lo dejó el presidente Joan Laporta cuando hace unos días admitió públicamente que el Barça fichará en el mercado de invierno “si así lo piden los técnicos”. A día de hoy, Guardiola aún no ha dicho su última palabra al respecto. El entrenador y, por extensión el club, aún está madurando esa decisión estratégica para el desarrollo de la temporada e incluso del proyecto deportivo, dependiendo de las condiciones en que pueda aterrizar el ex jugador del Madrid.

En el fondo, el dilema que hay ahora en el seno del FC Barcelona es muy parecido al que divide a la afición culé respecto a Robinho. La clave es intuir si la incorporación del delantero brasileño supondrá más ventajas que inconvenientes para el Barça.

Ventajas e inconvenientes

Entre las primeras se valora, evidentemente, la gran calidad del jugador, la competencia que avivará, la posibilidad de reforzar notablemente una banda izquierda que hoy está a expensas de los estados de forma de Thierry Henry y abortar la latente amenaza de que las lesiones puedan acortar todavía más la profundidad de una plantilla ya de por sí limitada numéricamente. Entre los segundos se está midiendo el riesgo de una operación que, tal y como quieren plantearla el propio Robinho y el Manchester City, obligará muy probablemente al Barça a poner una gran cantidad de dinero sobre la mesa por un jugador hasta ahora poco estable en los clubs en que ha estado, y la posibilidad de que indirectamente pueda estar damnificándose la progresión de jóvenes como Pedro Rodríguez o Bojan Krkic.

De ahí que el Barça se esté pensando no tanto si hay que traer a Robinho, sino sobre todo si ha de llegar incondicionalmente. Por eso se ha empeñado desde un principio en incorporar a Robinho bajo una propuesta mixta, que le solucione el futuro inmediato sin hipotecarle el largo plazo. Robinho gusta mucho, sí, pero para el Barça la clave es que el jugador venga absolutamente implicado y lo demuestre empíricamente en la segunda parte de la temporada en curso. Si es así, no habrá duda: el brasileño hará realidad su sueño de ser azulgrana muchos años. Ni mucho menos hay que descartar que, para convencer al City y al jugador de que hay un plan de futuro, el Barça proponga una cesión hasta junio de 2010 con una opción de compra a precio cerrado, que por supuesto sería elevado, rondando los 25-30 millones de euros. Entonces el jugador firmaría hasta 2014 con una ficha equiparable a la que ahora tiene en el City.

Mata, Silva y... Ribéry

Lo que no quiere el Barça es que por una solución eventual se hipoteque el futuro del proyecto. Porque, aparte de Robinho, de cara a la próxima temporada se continúa pensando para esa posición en otros nombres como Juan Mata y David Silva o, incluso, Franck Ribéry, por quien el Real Madrid ha enfriado su interés. La duda aún no despejada es si el Barça ha de pagar sin saber del todo qué Robinho viene. En ello están.

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