El fútbol español afronta profundamente dividido la crisis abierta a raíz de la modificación de la 'ley Beckham', que eleva la tributación de los contratos de los futbolistas extranjeros que cobran más de 600.000 euros del 24% al 43%. La sede de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) será hoy el escenario de una asamblea extraordinaria en la que se abordará el tema y sus consecuencias. La patronal defiende la necesidad de adoptar una medida de presión extrema, el parón de la Liga, como respuesta a lo que consideran un ataque frontal a sus intereses.
Sin embargo, los responsables de la LFP, con su presidente José Luis Astiazarán al frente, son conscientes de que las posibilidades de echar atrás la reforma de la 'ley Beckham' son nulas, dado el acuerdo parlamentario alcanzado entre BNG, IU y PSOE. De ahí que vayan a centrar sus esfuerzos en obtener como moneda de cambio diversas 'recompensas' de parte de la Administración.
Reivindicación audiovisual
Básicamente, la LFP centrará sus reivindicaciones en el apartado audiovisual. La redacción de la nueva ley que regirá este apartado contempla diversos aspectos que implican, y mucho, a los clubs. La LFP, por ejemplo, pretende que el nuevo articulado elimine el fútbol en abierto de manera definitiva. Y también la obligación de ceder resúmenes de la jornada de tres minutos a todas las televisiones, como hasta ahora. Estas son dos de las compensaciones que pretenderían obtener a cambio de la nueva 'ley Beckham'.
Pero hay más. El Tribunal de la Competencia considera que la duración de los actuales contratos televisivos, de cinco años de vigencia, no se ajustan a derecho. De ahí que emprendiera acciones legales para ajustarlos a los parámetros correspondientes, que los limitarían a tres años. Si esto se llevara a cabo, la supervivencia económica de muchos clubs se vería seriamente comprometida: la mayoría percibió las cantidades pactadas por adelantado y si los contratos fueran reducidos deberían devolver parte de estas cantidades. Además, las operadoras que se hicieron con los derechos no abonarían por un compromiso de tres años lo mismo que han pagado por uno de cinco.
En cualquier caso, la división en el seno del fútbol español respecto a la asamblea de esta mañana es grande. La mayoría de entidades se muestra poco dispuesta a apoyar una huelga que tendría lugar el 15 de noviembre en Segunda División y el 22 en Primera. Son partidarios, los clubs que se encuadran en este grupo, de estudiar detenidamente el contenido y las consecuencias de la reforma antes de adoptar cualquier medida.
Barça y Real Madrid, con Deportivo y Atlético, han sido los que más beligerantes se han mostrado desde que el martes se conociera la reforma. El resto navega en la duda, con negativas rotundas a la huelga por parte del Málaga, que considera que los grandes se acuerdan de los pequeños sólo cuando les interesa.