Adriano: "Iba borracho a entrenar y luego me llevaban a dormir a la enfermería"

INTERNACIONAL

"'Mou' quería ayudarme y peleó con la directiva, que me quería echar" confiesa el brasileño en su país

"La muerte de mi padre me dejó un vacío enorme. Me vi triste y deprimido en Italia, y es cuando empecé a beber", explica 'El Emperador'

El actual jugador del Flamengo y ex delantero del Inter, Adriano, de 27 años, ha confesado en una entrevista que ha concedido a la revista brasileña R7, y cuyas declaraciones recoge hoy 'La Gazzetta dello Sport'.

'El Emperador' reconoce sin pelos en la lengua que sufrió una depresión "entre 2005 y 2009", en la que cayó tras la muerte de su padre en agosto de 2004. "Sólo yo sé cuanto sufrí. La muerte de mi padre me dejó un vacío enorme, acabé sintiéndome muy solo y me aislé cuando murió. Fue lo peor. Me vi solo, triste y deprimido en Italia, y es cuando empecé a beber", explicó.

"Sólo me sentía feliz bebiendo todas las noches. Bebía todo lo que me ponían delante: vino, whisky, vodka, cerveza... mucha cerveza", reconoce el delantero de la selección brasileña. Ese alcohilismo afectó a su carrera futbolística, lo que le provocó problemas con su anterior entrenador, Roberto Mancini, y sus compañeros del Inter: "No sabía cómo disimularlo, llegaba borracho por la mañana a los entrenamientos. Me presentaba aunque estuviese borracho del todo. Entonces me llevaban a dormir a la enfermería y decían a la prensa que sufría dolores musculares". "No paraba de beber y tuve que dejar el Inter", sentencia.

Tras abandonar Italia recaló en el Sao Paulo, equipo en el que empezó a remontar su carrera: "Allí entendí lo mal rodeado que estaba: amigos que sólo me llevaban de fiesta, con mujeres, alcohol...". Pero tras terminar su cesión en Brasil regresó al Inter y volvió a caer en las garras del alcohol a pesar de la ayuda que le prestó Mourinho. "'Mou' quería ayudarme y peleó con la directiva, que me quería echar". Adriano renunció a su contrato, regresó a Brasil para encontrarse a sí mismo y ahora triunfa en las filas del Flamengo. "La gente me dijo que estaba loco por renunciar a un contrato millonario. Renuncié a los millones pero he comprado la felicidad", explica.

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