Ferrari ya trabaja en el coche de Alonso

FÓRMULA 1

En Maranello llevan tres meses trabajando exclusivamente en el coche del próximo año

El llamado Proyecto 661 se ha fijado en el Red Bull como principal fuente de inspiración

Ferrari debe anunciar esta próxima madrugada, hora española, el fichaje de Fernando Alonso. Con su llegada, los rojos, buscan recuperar la figura del líder como lo fue Schumacher, aunque a diferencia del alemán, Fernando no va a llegar –al menos eso parece por ahora– con técnicos de su confianza bajo el brazo como hizo Michael, que exigió la presencia de Ross Brawn y Rory Byrne.

En cualquier caso, Ferrari lleva ya tres meses trabajando en el coche de Fernando Alonso. A finales de junio, el equipo italiano cerró las evoluciones del F60 –salvo las típicas adaptaciones para cada circuito– y se concentró en el Proyecto 661, el coche de 2010.

Los técnicos de la marca quisieran disponer cuanto antes de las impresiones de Alonso sobre el coche y no se descarta algún acto promocional –con permiso de Renault– para que Alonso pueda probar cuanto menos el actual F60.

El F60 –llamado así para conmemorar el 60º aniversario de la marca– no ha dado el resultado esperado. La batalla por los títulos del pasado año retrasó su preparación en un año de cambios reglamentarios importantes. También los esfuerzos financieros y humanos del desarrollo del kers pasaron factura. El F60 es un coche complicado de pilotor y eso explica los pobres resultados de Badoer y Fisichella, sustitutos de Massa.

Los técnicos de Ferrari, tras estudiar a los rivales, parecen haber decidido inspirarse en el Red Bull más que en el Brawn. Aunque éstos se han mostrado más eficaces, el Red Bull ofrece más posibilidades de desarrollo. En un reciente ensayo aerodinámico, Ferrari probó unas retoques en los flacos superiores del morro para encauzar mejor el aire, tal como utiliza el Red Bull, para comprobar que no dificultaban la visión.

La atención de Ferrari no se centra exclusivamente en la aerodinámica. La prohibición de repostajes obligará a doblar la capacidad del depósito de combustible; parte de ese espacio se tomará del que ocupabael kers, que el próximo año no se usará. Obliga a replantear todo el tema del reparto de masas –posiblemente retrasar el motor para poder utilizar el máximo de lastre en el morro– y trabajar mucho con las suspensiones.

El exceso de peso y el hecho de que los neumáticos delanteros del año próximo serán algo más estrechos implica asimismo un replanteamiento de las suspensiones porque será todavía más importante el cuidar las gomas, especialmente en las primeras vueltas. En este sentido no se excluye que Ferrari puede recuperar los amortiguadores rotantes porque ocupan muy poco espacio y facilitarían el tamaño del doble difusor.

Ajustes en el staff

Pero antes de todo esto, la marca hizo algunos ajustes en su staff, que este año ha estado muy movido. Primero fue Luca Baldiserri quien cedió el puesto de táctico a Chris Dryer, para pasar a ocuparse de otras responsabilidades en fábrica. Después, John Iley, el responsable aerodinámico, dejó el equipo y fue sustituido por Nicos Tombazis, quien también adaptó la galería de viento a las limitaciones impuestas por la FIA.

Estos cambios también se darán en el departamento de motores, donde el francés Guilles Simon dejará su puesto a Luca Marmorini, el actual motorista de Toyota que volverá a Maranello cara a la próxima temporada. El objetivo actual es mejorar el consumo para aligerar al máximo el peso real del coche en los inicios de carrera y cuidar mejor las gomas

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