Con el traslado en enero del Barça a la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí, el cuerpo técnico y los jugadores ganaron privacidad y los medios de comunicación y los aficionados perdieron cercanía con los futbolistas. Siempre entran en coche de forma directa al parking subterráneo, con acceso interno al vestuario y al Campo 1, donde Guardiola trabaja a puerta cerrada antes y después de cada partido. El resto de días sólo permite 15 minutos la presencia de la prensa, que no de los seguidores, que sólo pueden apostarse en la barrera de las instalaciones esperando que algún jugador caritativo detenga su vehículo para firmar algún autógrafo.
Ayer, sin embargo, técnicos y jugadores salieron de la cueva y se dejaron ver. A su llegada habían aparcado los coches en la explanada, entre su vestuario y la sala de prensa, en lugar del parking, posiblemente para esquivar la avalancha de aficionados del exterior, pues hay otra salida en la parte de atrás. Alguno ha recibido una pequeña reprimenda porque al circular por el interior de la Ciutat Esportiva ha sobrepasado el límite de 10 kilómetros por hora que marcan varias señales de tráfico.
Sea por el motivo que sea, lo cierto es que se agradeció ver a los jugadores de paisano, sin el chándal de las concentraciones ni trajes oficiales del club. Todo lo contrario: cada uno con su estilo personal, 'casual' en general. Fue un desfile de moda juvenil, con mayoría de camisetas deportivas, más o menos ajustadas, más o menos 'fashion', y con mensajes muy diversos, como el referente a la película 'El Planeta de los Simios' que llevaba Thierry Henry. Rafa Márquez y Gerard Piqué, de los pocos con camisa, acapararon los mejores piropos