Tres años después de encarrilar el pase a la final de Saint Denis ganando (0-1) con un gol de Ludovic Giuly al Milan, el Barça juega esta noche de nuevo en la capital lombarda en un estadio mítico y con la etiqueta '5 estrellas' de la UEFA. Popularmente conocido como San Siro, en alusión al nombre del barrio del oeste de Milán, hoy, con un ambientazo propio de las grandes ocasiones y con alusiones incluidas a Zlatan Ibrahimovic, será más que nunca Giuseppe Meazza, denominación oficial desde 1980 a pesar de los pesares de la afición 'rossonera'.
Aunque el próximo 3 de marzo se cumplirán tres décadas de la sustitución del anterior nombre legal (Comunale), en Italia hay que andarse con mucho ojo si en un lugar público se habla de San Siro o Giuseppe Meazza según quien haya alrededor. Fallecido en 1979, el legendario delantero militó una temporada (1941-42) en el Milan, donde se enroló tras hacer historia en el eterno rival (1927-40 y 1946-47).
De nada sirve que Meazza, tricampeón del 'scudetto' con el Inter (1930, 38, 40) y 'capocannoniere' tres veces (1930, 36, 38), fuera el líder de la Italia que ganó los Mundiales en 1934 y 1938. Los 'tifosi' del Milan siguen renegando hoy de una decisión que despertó polémica. No olvidan que el estadio se inauguró en 1926 por iniciativa de su presidente Piero Pirelli y que fue la casa milanista hasta que el Inter se unió para compartir feudo en 1947, poco después de que el aforo récord se disparara hasta 150.000 espectadores en 1940.
Pese a ser el escenario de grandes sobremesas y noches de fútbol 'rossonero', los seguidores del Milan sólo lo ven suyo a medias e incluso se mofan cuando sus enemigos ciudadanos la lían pisoteando el nombre de Meazza. De hecho, la propiedad del estadio es del Ayuntamiento pese a que Inter y Milan aportan 7 millones de euros cada año (la mitad en 'cash' y la otra en trabajos de modernización) al 'Consorzio San Siro 2000'.
Ultras problemáticos
En lo que va de década, los radicales del Inter se han visto implicados en graves incidentes. El más atípico, que aún hoy provoca la burla de los 'rossoneri', sucedió en 2001 cuando robaron una moto a hinchas del Atalanta, la metieron en las gradas por una de las rampas circulares de los torreones de los córners y la lanzaron del segundo anfiteatro abajo si bien no hubo víctimas. La bromita costó dos partidos de clausura. Semanas antes, la UEFA, que en 1983 cerró el Meazza por dos duelos por el lanzamiento de objetos sobre el área del Real Madrid, impuso la misma condena por hacer lo propio con los jugadores del Alavés. La última vergüenza data de 2005 por las botellas y bengalas que quemaron el hombro de Dida en un Inter-Milan de la Champions que fue suspendido. La UEFA impuso 4 partidos a puerta cerrada y dos más si se reincidía en los cuatro años siguientes. En abril se cumplió el plazo.
El reinado del Inter en la Serie A y el estancamiento del Milan ha equilibrado sus promedios de asistencia. En los últimos 30 años, los 'rossoneri' tocaron techo en la temporada 91-92 (77.868) y los 'nerazzurri' cayeron en picado en la 94-95 (40.523). El Milan sigue mandando pero la pasada campaña se equilibró la afluencia media (59.731 por 55.345).
Objetivo: Champions'2015
El 'Templo del calcio' o la 'Scala del calcio de Milán' aspira a albergar la final de la Champions en 2015 (ya fue la sede en 1965, 1970 y 2001). El permiso de agibilidad caduca en 2010 y para seguir jugando allí, el Ayuntamiento debe aportar 2 millones para hacer un tercer anfiteatro en la tribuna este y alinearlo con el resto del coliseo, casi intacto desde la remodelación para el Mundial'90, en el que Rijkaard escupió allí a Völler. La capacidad, ahora de 85.700, crecerá y, como el Camp Nou, podrá seguir acogiendo conciertos. Este verano pasaron U2 y Madonna. Años atrás Michael Jackson, Springsteen y los Stones. Hoy tocará la orquesta sinfónica dePep Guardiola