Mahamadou Diarra se lesionó el pasado 11 de octubre durante un partido disputado con su selección nacional, Mali, frente a la de Chad. Aquel día sufrió una parameniscitis en la rodilla derecha con sinovitis. Días más tarde, recayó de su dolencia ante el Real Unión de Irún. El 8 de diciembre era intervenido quirúrgicamente y se descubría que además del menisco de su rodilla derecha tenía afectado el cartílago. El plazo de su recuperación se fijó entre seis y nueve meses.
El sábado viajó a Barcelona, formando parte de la expedición de convocados para medirse al Espanyol. Era su primera convocatoria tras la lesión. No jugó. Ayer, Manuel Pellegrini le dejó fuera de la lista de convocados para el Zúrich-R. Madrid de mañana, primer compromiso blanco en la presente Champions.
El centrocampista de Mali tiene el alta médica en su poder. Pero esto no significa que esté en plenitud de condiciones. El jugador asegura que aún siente molestias en su maltrecha rodilla derecha. Al parecer, su origen está en el cartílago, que sigue afectado.
Presionado por Schuster
Y Diarra atribuye estos problemas a las presiones recibidas en su día por parte de Bernd Schuster para que jugara infiltrado diversos encuentros. En concreto, el africano disputó, desde su lesión, tres choques de Liga, uno de Copa y uno de Champions. Con las infiltraciones recibidas, Diarra no sentía dolores pero la lesión del cartílago no hacía sino agravarse. Y ahora, Mahamadou está que se sube por las paredes porque, nueve meses después de su operación, sigue con unas molestias que no sabe cuándo desaparecerán, si es que acaban por pasar a la historia.
El Real Madrid, que este verano pretendió 'colocar' al jugador en diversos clubs -el Espanyol intentó hacerse con sus servicios a última hora- ve ahora cómo todo este lío puede desbaratar sus planes. Diarra llegó hace tres años del Olympique de Lyon previo pago de casi 30 millones de euros y enlas cuentas de Florentino se contemplaban unos buenos ingresos por su traspaso, ya fuera en el próximo mercado de invierno o el próximo verano. Ahora el futuro del jugador es una incógnita