El primer gran conflicto provocado por el calendario futbolístico internacional no se ha hecho esperar mucho esta temporada. El Barça puede quedarse sin dos de sus jugadores más determinantes, Messi y Alves, en su estreno liguero, ante el Sporting de Gijón. La banda derecha titular, considerada la mejor banda derecha del mundo, peligra ya para el primer partido de Liga por culpa del Argentina-Brasil clasificatorio para el Mundial de Suráfrica, un partido a vida o muerte para el combinado albiceleste.
Lo surrealista del caso es que el club barcelonista puede verse tan gravemente perjudicado por culpa de una competición oficial de la UEFA. Es decir, son los propios organismos futbolísticos los que montan partidos incompatibles los unos con los otros. Se trata de la Supercopa de Europa, que enfrenta al Barça con el Shakhtar Donetsk el próximo día 28 en Montecarlo y que obliga a retrasar el primer partido de Liga, Barça-Sporting, al lunes, 31. Es decir, cinco días antes del Argentina-Brasil, con lo que entra de lleno en el período de cesión obligatoria de los futbolistas a sus selecciones para un partido internacional de competición oficial.
Normalmente es la Federación Española la que suele hacer la chapuza de programar partidos oficiales (normalmente partidos de Copa del Rey o jornadas de recuperación de partidos pendientes de Liga) que chocan frontalmente con otras federaciones, pero esta vez es la propia UEFA la que establece un calendario que choca con el de la FIFA. Y el gran perjudicado, el Barça.
Negociaciones
El club azulgrana no puede hacer nada más que pedir a la AFA y a la CBF que permitan a Messi y Alves retrasar su incorporación. En el caso de Messi, que ya he dicho públicamente que pediré a Guardiola que me deje ir (Pep está obligado), parece claro que no jugará ante el Sporting. Con Dani Alves, en cambio, el Barça puede ser algo más optimista