Estallido de Ibramanía

Estallido de Ibramanía
Josep Maria Artells Periodista

A pesar de que el Barça tiene más que recargada con el triplete su cuota de autoestima y orgullo por el equipo, la multitudinaria presentación de Zlatan Ibrahimovic supuso un renovado estallido de ilusión entre el barcelonismo. Ha nacido la Ibramanía. El Camp Nou se entregó incondicionalmente a un ídolo que rebosa carisma en un acto tan espontáneo como desordenado, alejado de las tarimas y sermones divinos que redearon las presentaciones de Cristiano Ronaldo y Kaká. Mientras el Barça de Guardiola gestiona con tacto los tiempos de abundancia, el Real Madrid proyecta a sus cracks como dioses infalibles para olvidar las recientes miserias.

Fue un recibimiento histórico, que dejó en nada las bienvenidas a astros como Maradona, Ronaldinho o Henry, la última cita masiva. Por no faltar, no faltó ni el punto de suspense que supuso la tardanza de más de una hora de la comparecencia de Laporta, Ibra y Txiki por la demora de una firma atribuida a Eto'o que no llegaba de Milán. El sueco, cuyo coste el Barça tasa en 45 millones más 20 por la venta de Eto'o, es de los jugadores que se dejan oír. “No soy el sustituto de Eto'o, soy alguien diferente”, se reivindicó. No pasó tampoco por alto la ausencia de Guardiola, que prefirió entrenar con los internacionales en su primer día. Zlatan llegó con la mano fracturada y hoy será operado. No jugará en la gira, ni quizá el Gamper, pero sí el 23 de agosto en la vuelta de la Supercopa. Su debut se hará esperar. La invasión del campo y algunos incidentes fastidiaron el acto. Una cosa es alejarse de los fastos galácticos, y otra la sensación de descontrol

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