"No hay que correr, hay que pensar"

Guardiola reversiona las célebres frases de sus maestros Cruyff y Rexach para enseñar a sus jugadores la importancia del balón

Veinte años después de que Johan Cruyff aterrizara en el Barça como entrenador, su filosofía sigue aún muy presente. El rey del rondo acuñó la célebre frase “el que tiene que correr es el balón, no el jugador”, resumiendo así un estilo de entender el fútbol que chocaba frontalmente con los cánones establecidos entonces, principalmente en Italia, donde el 'catenaccio' parecía el único medio posible para conseguir el triunfo. Si Cruyff había 'mamado' como jugador aquel fútbol ofensivo que defendía en el Ajax y la 'Naranja Mecánica' de Rinus Michels en los años 70, Pep Guardiola lo hizo entrenando a sus órdenes en el Barça del 'Dream Team'.

El técnico de Santpedor ha ampliado mucho los márgenes de aquel fútbol que aprendió de Cruyff –detallismo, sacrificio, el colectivo por encima de las individualidades, importancia por igual de todo el 'staff técnico'...–, pero la esencia del juego es la misma que aprendió del técnico holandés y también de Charly Rexach, que para resumir su ideología de fútbol explicó aquello de que “correr es de cobardes”. Ahora, Pep Guardiola ha reversionado aquel “quien debe correr es el balón, no el jugador” de Cruyff y el “correr es de cobardes” de Charly. “No hay que correr, hay que pensar”, les explicó ayer a sus jugadores durante la sesión matutina celebrada sobre el campo de entrenamiento del Bisham Abbey Sports Center.

Sin duda, la suya es toda una declaración de intenciones: en el fútbol lo importante es saber escoger cada momento para no malgastar fuerzas y energías inútilmente. Se trata de dar el zarpazo con criterio y todo el equipo moviéndose al unísono, no cada uno por su cuenta. Así se lo hizo ver a sus jugadores durante un ejercicio de presión y basculación. Se trataba de que los tres jugadores que defendían salieran a la par a presionar a los rivales y que el medio centro cubriera el hueco del central cuando éste adelantaba su posición.

Motivado como siempre

Del triplete apenas quedan secuelas en Guardiola, al menos eso es lo que se deduce de su forma de vivir los entrenamientos durante este 'stage' de Inglaterra. En sólo dos días de trabajo, el técnico se ha quedado ya sin voz porque no para de corregir y animar a sus jugadores para que mejoren día a día, especialmente a los más jóvenes. Cuando lo cree necesario, también se detiene a charlar de forma individual. Bojan y Messi han sido hasta el momento dos de los ejemplos. Y como de psicología anda sobrado, Pep también busca momentos de complicidad con los suyos para ganarse aún más a sus jugadores

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