El proyecto de nueva Superliga, de aplicación inmediata para la siguiente temporada, no es plato de buen gusto. Ayer tuvo lugar una reunión de varios de los clubs interesados y el futuro no está claro. Tenemos una reunión con el Consejo Superior de Deportes para explicarles nuestra versión del proyecto y estamos a la espera del compromiso del Secretario general de la Federación, que nos ha tendido la mano. Hemos llegado al acuerdo de no participar en caso de que esta Superliga se lleve adelante con los ocho clubes nuevos. Lola Romero, representante del Atlético de Madrid, resumía así el contenido de la reunión mantenida en Zaragoza por representantes de varios clubs, entre ellos el Athletic.
En definitiva, ¿se puede hablar de un plante? No sé si llamarlo así todavía, porque estamos esperando la resolución. Igual es poco de recibo llamarle plante cuando estamos esperando el apoyo del resto. No hemos tomado ninguna decisión, pero si me apuras no queremos llevar a cabo esta Superliga. Llegaremos hasta donde haya que llegar para no jugarla. No quiere decir que nos plantemos ni que no nos inscribamos. Vamos a esperar al CSD y al Secretario General de la Federación y según esa decisión actuaremos en consecuencia. No podemos hablar de una decisión de plante o no inspección cuando no sabemos cómo van a reaccionar ellos.
Por su parte, Iñigo Juaristi se muestra contrario a la nueva Superliga y recuerda cómo fueron las cosas en la reunión mantenida esta semana con el Comité Nacional de Fútbol junto a representantes de Atlético, Prainsa y L'Estartit. En el primer orden del día nos quedamos atascados, destaca. Pedíamos de alguna manera una moratoria, que se esperara por lo menos una temporada más y durante la misma ver cómo se le podía dar forma al proyecto. Se han hecho las cosas sin contar con el fútbol femenino. Decían que era una cosa innegociable y quería que se hablara sobre la confección de los grupos, del calendario... Dijimos que si no se abordaba el principal problema que nos levantábamos, denuncia. Al menos pudieron hablar después con Jorge Pérez, secretario de la Española, que fue mucho más receptivo y le hicimos ver nuestro malestar.
El sustento de la oposición a una Superliga con 24 equipos se basa en varios puntos. No nos gusta que entren por la puerta de atrás clubs invitados por el mero hecho de pertenecer a estructuras de fútbol profesional o Sociedades Anónimas Deportivas sin haber adquirido los méritos deportivos para estar aquí, es adulterar la competición, dice Juaristi.
Ante esta situación los clubs han propuesto una solución y han aceptado un compromiso con los ocho nuevos equipos que ingresarían. No se trata de un modelo de competición cerrado, sino que se necesita hacer unos cambios para que ninguno club sea despachado. La Superliga seguiría siendo igual y se aumentaría con los dos equipos que este fin de semana asciendan. Además, se crearía una Liga paralela entre Superliga y Nacional, llamada Primera División, con los ocho nuevos equipos, los segundos de cada grupo de la promoción de ascenso y los dos equipos descendidos este año de la Superliga