El fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid no ha pasado desapercibido para los jugadores del FC Barcelona, pero no preocupa. La sensación general entre los tricampeones es que deberán vérselas otra vez con una persona 'non grata' en el vestuario por su forma de ser ya sea vestido de corto o lejos de los terrenos de juego.
Si algo se valora actualmente en la plantilla es la calidad humana del grupo y el hecho de ser ejemplos de deportividad, algo de lo que se sienten orgullosos todos, empezando por Pep Guardiola. El delantero es la antítesis de todos los valores que se abanderan en el Barça, algo que los azulgrana ya han tenido la ocasión de apreciar en primera persona.
Cristiano Ronaldo se ha medido tres veces al conjunto barcelonista en las dos últimas temporadas con el Manchester United y en los tres partidos tuvo sus más y sus menos con los 'culés'. La ley no escrita en el fútbol es que en el campo hay que tratarse de igual a igual y que gane el mejor. Aunque la calidad del portugués está fuera de toda duda en Can Barça, donde se reconocen sus grandes virtudes con el balón, sus poses y su actitud en las distancias cortas le han convertido en todo lo opuesto del 'fair play'. Los taconazos son más que válidos pero sólo para obtener ventaja sobre el rival y nunca para recrearse ni vacilar en una acción sin más en el centro del campo. Cristiano abusó de ellos en los tres precedentes y causó aún más antipatía a los 'culés' con sus continuos comentarios provocativos en pleno partido.
Los compañeros de Leo Messi no olvidan la prepotencia de la chulesca sentencia de Ronaldo cuando se le preguntó por el Balón de Oro. Yo soy el primero, el segundo y el tercer mejor del mundo, afirmó. Ahí queda eso. En las entrañas del Camp Nou tomaron nota y hasta Guardiola hizo referencia irónicamente a la bravuconada del de Madeira en la visita europea del Barça a Lisboa para jugar contra el Sporting.
Cristiano acabó llevándose el citado galardón y el FIFA World Player pero al lógico deseo de Messi de ser reconocido como el mejor del planeta se le sumó el objetivo de arrebatarle el trono al ya ex ídolo de Old Trafford. De igual modo, las horas previas a la final de Roma elevaron la motivación en el Barça para devolver en el campo las habladurías de Cristiano, que dijo en la víspera: Somos mejores que el Barça y lo demostraremos. La estrella del United fue fiel a su estilo en el Olímpico y perdió los papeles con su mal perder. Xavi le leyó la cartilla al final tras la entrada fuera de lugar a Puyol. En la próxima Liga, más de lo mismo. En el Barça se la tienen jurada y ganar a Cristiano será un plus en los dos clásicos