El barcelonismo estará esta noche pendiente del partido del Real Madrid. Sin agobios, pero estará pendiente. No se tratará ya de sufrir como sucedía semanas atrás, antes del glorioso y liberador 2-6 del Santiago Bernabéu, pero el de- senlace habrá que seguirlo porque de perder o empatar el otrora persistente equipo blanco, el Barça, sin necesidad siquiera de jugar, sin bajar del autocar como diría Helenio Herrera, habrá ganado la Liga número 19 de su historia.
La cita será a partir de las diez de la noche en el estadio del Madrigal y los precedentes son alentadores. Una jornada después de que el Barça triturara a los de Juande Ramos delante de su afición, el Valencia prosiguió con el aquelarre con un 3-0 que evidenció que la resistencia madridista había llegado a su fin. Esta noche los jugadores del Real Madrid, pese a que su entrenador dijera ayer que todavía pueden ganar la Liga en una demostración de que la ilusión humana no tiene límites, difícilmente encontrarán motivación después de ser humillados por el líder.
Lo contrario sucede con el Villarreal, que apura sus opciones de clasificación para la Champions League tal y como quedó demostrado en su anterior partido, aguando la fiesta que tenía preparada el Camp Nou para celebrar el alirón. Aquel 3-3 obtenido en la recta final es el causante de que el Barça haya postergado a este fin de semana su esperada proclamación como campeón de Liga.
La plantilla del FC Barcelona, encabezada en este asunto como en todos los demás por Pep Guardiola, no alberga dudas al respecto. Si se puede ganar el campeonato hoy y no mañana en Mallorca (19.00 horas) mejor que mejor. Al Barça, en caso de victoria del Madrid, le bastaría un punto para llenar una vez más Canaletes, pero la posibilidad de llegar a la final de la Champions con la mayor frescura posible anula cualquier deseo (lógico en otras circunstancias) de querer ganar la Liga jugando.
El panorama ideal podría ser ese si no fuera porque ganar sin bajar del autocar permitiría a Guardiola dejar en Barcelona a sus jugadores más castigados, a sus piezas imprescindibles, empezando por Leo Messi y siguiendo por Touré, Xavi, Puyol, Piqué e incluso Valdés. El caso de Eto'o es distinto. Habrá que decidir si es aconsejable o no para el camerunés mantener su defensa del trofeo 'pichichi' (es primero con 28 goles seguido muy de cerca por Forlán, con 27, y por Villa, con 25).
El Barça ha mostrado con una suficiencia abrumadora que es el justo campeón de esta Liga. Cuanto antes caiga, mejor, más tiempo habrá para el asalto del triplete.