Inyección de moral

ATHLETIC CLUB

Toquero, autor del único gol del Athletic en la final copera, acaparó el centro de atención de los aficionados con gritos de ánimo

La apoteosis rojiblanca sigue su curso. Más de mil seguidores recibieron al Athletic a su llegada al aeropuerto de Loiu. La gente quería arropar a los jugadores en este momento. El espíritu de la final de Valencia perdurará en el tiempo. La animación ha sido enorme ante, durante y después del duelo ante el Barcelona. Y todavía no se ha terminado, puesto que hoy tendrán el recibimiento oficial de las instituciones. El hambre de títulos de la afición bilbaína es muy grande y quería darse una alegría. Los leones no han podido traerse la Copa a Bilbao, pero han devuelto la ilusión.

La expedición del Athletic salió de Manises a las seis de la tarde. Desde esa hora, más de un centenar de personas estaba en Loiu para recibir a los subcampeones. No dejaron animar ni un solo instante. Lanzaron los gritos al cielo para que la expedición no hiciera el viaje en solitario. Gaizka Toquero fue el centro de la animación. Si el cariño que le tenía la afición antes de la final era enorme, ahora ha alcanzado límites insospechados. “Ari, ari, ari, Toquero lehendakari”, gritaron al unísono.

La gente fue llegando poco a poco hasta alcanzar el millar de personas. El Athletic arribó pasadas las siete de la tarde y los hinchas esperaban ansiosos para dar un cálido recibimiento a los suyos. La Ertzaintza se vio obligada a improvisar un pasillo entre toda la marabunta de gente. Pero las ganas de éstos eran mayores cuando empezaron a ver a sus ídolos dentro del aeropuerto.

“Estaban un poco tocados en Valencia, hay que animarles un poco”, decía una persona que había coincidido con la expedición bilbaína en Manises. Los hinchas rojiblancos seguían a lo suyo: cantando el himno del Athletic y alabando a Toquero.

Desfile hacia el autobús

Amorebieta fue el primero en hacer camino. Le costó. Cuando llegó a la puerta del autobús ni siquiera estaba abierta. Tuvo que esperar estoicamente mientras el gentío le rodeaba. Sus compañeros tardaron un poco más en salir. Y lo hicieron con caras de asombro por las mil personas que les recibieron. Todos fueron desfilando con manos tocándoles y animando a tope. Los protagonistas estaban alucinando una vez más. “Esto es increíble”, señaló Fran Yeste. Especialmente tocado se pudo ver a Etxeberria. Al capitán aún le dura la congoja del miércoles. La gente se volcó con el elgoibartarra. Aitor Ocio y Gurpegi también lo pasaron mal.

Joaquín Caparrós fue de los últimos en salir y fue repartiendo abrazos y agradecimientos. Una vez dentro del autobús, toda la expedición se quedó mirando los exteriores. Los gritos no ánimo no cesaron en ningún momento. La mayoría tomó una fotografía para recordar ese instante. Koikili lo grabó todo con su cámara de vídeo. El autobús no se marchó solo tampoco. Varios coches, ataviados con banderas rojiblancas y con el himno de fondo, siguieron al autocar del Athletic. Los leones tuvieron un recibimiento dignos de unos héroes que volvían de la batalla. La gente quería contribuir a que levantaran un poco el ánimo después de caer derrotados en la final, y a buen seguro que lo consiguieron

Murillo protagoniza la anécdota de la tarde

La anécdota de la tarde la puso Ander Murillo. El guipuzcoano, aquejado de una entesitis en el adductor izquierdo, escapó de la marabunta de gente saliendo por otra puerta justo cuando sus compañeros se disponían a salir por la principal, la que llevaba hasta el autobús del equipo rojiblanco. Murillo pudo salir sin verse acosado y se marchó sin problemas.

El rojiblanco no fue el único de la expedición que optó por este recorrido. El más sencillo a todas luces. Koldo Aguirre también se decantó por la tranquilidad, poco después le siguió el delegado del conjunto rojiblanco Luis De la Fuente

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