Juliano Belletti, el héroe de París, estará hoy en las filas enemigas. En cambio, quien no viajó a Barcelona fue Deco, víctima de una lesión muscular. Toda una desilusión para el internacional portugués.
Su amigo Belletti, aquel defensa que se convirtió en inesperado protagonista de la Champions de 2006, sí pisará el Camp Nou. Nadie le añora porque Alves ha mejorado su rendimiento, pero tampoco hay ningún culé que haya olvidado su bendita locura de Saint-Denis. Aquel 17 de mayo de 2006, Belletti escogió el mejor momento y el mejor lugar para escenificar lo que es un lateral con vocación ofensiva. Habituado a atacar, el brasileño fue víctima de las prevenciones defensivas de Rijkaard y se quedó en el banquillo. Pero cuando llegó la hora de quemar las naves, Frank se acordó de Juliano. Lo sacó al campo en el 71' y sólo 10 minutos después ya había entrado en la historia del fútbol. Su internada bajo la lluvia por la banda derecha, su pared con Larsson, su inesperado y rabioso centrochut que acabó en gol y su celebración de rodillas tapándose la cara con las manos aplastado por sus compañeros ya son leyenda del Barça. Hoy merece un homenaje cuando Manel Vich cite su nombre por megafonía. Después, ni agua. Si juega, él tampoco tendrá amigos